sábado, 13 de marzo de 2010

21ª clase - Comidas

Con objeto de seguir adelante con el proyecto eTwinning "Comiendo por Europa" y para no perder las buenas costumbres de tener trabajos, Miguel nos explicó en qué consistiría la próxima actividad. Recetas. Sí, es un trabajito culinario que consiste en elegir dos recetas que tengan historia en la familia y que sean un tanto especiales. Tanto una comida como un postre. Las recetas han de ser fáciles de realizar, sin ingredientes autóctonos ya que el trabajo no queda sólo ahí, una vez subidas las recetas, debemos elegir una de otro país y realizarla en casa (nuestras madres/padres, estos últimos en menos proporción) para después llevarla al instituto. Bueno... al principio no me parecía muy buena la idea de que mi madre tuviera que hacer de comer para un trabajo del instituto, pero se me ha ocurrido la feliz idea de trasladar el trabajo a mi abuela, que tiene nada más y nada menos que 85 años, y esas cosas a una persona de esa edad le llenan de alegría, por lo que por esta parte me alegro de haber realizado el trabajo.

En fin, la receta que he elegido ha sido "Migas con chocolate". Es una buena época para hacerlas, ya que es una comida pesada orientada a los fríos días de invierno, tales como los que estamos viviendo últimamente. Aparte de esa razón, es la única comida con cierta tradición familiar que se me ocurre, ya que mi bisabuelo solía hacerla, mi abuela y ahora, mi madre... ¿me estoy metiendo ya en el trabajo del blog eTwinning? Creo que sí... pero es que no sé qué más poner en este comentario para extenderlo un poco, que dejarlo así me parece muy pobre.

¡Se me olvidaba el postre! Vaya por Dios... pues realmente, esta comida no necesita postre alguno, porque mezcla el salado de las migas con el dulce del chocolate caliente que las acompaña. Aparte de esa pobre excusa, la de más peso es que en mi familia no hay una tradición de hacer postres. Pero bueno, en el caso de que tuviera que elegir uno, me decantaría por la tarta de queso que hace mi madre, que a todo esto, si el trabajo lo hubiera sabido unos días antes ya podría tenerlo acabado, porque justo hace una semana que mi madre hizo la tarta...

Y acabando con los acordes de la Orquesta Sinfónica de Auckland (Nueva Zelanda) con el armenio Serj Tankian llevando la voz cantante (literalmente) y con la luz de una fría tarde utrerana, despido este comentario que, como podéis apreciar, es más corto que los demás pero bueno, así ha salido esta semana.

Un saludo, Daniel.

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