Es un día especial, empezando por tener que levantarnos antes para estar en la sala de reuniones a las ocho menos cuarto de la mañana. Y allí estábamos, revueltos y nerviosos por lo que iba a pasar. Miguel dio las instrucciones y repartió nada más y nada menos que cuatrocientas Lenguas Traperas. Las alumnas comienzan a ponerse su hábito de reclusión y las primeras risas e impresiones vinieron de nuestra mano, los que las observávamos con asombro. Son las ocho pasadas de la mañana y da comienzo la performance...
Yo salgo (libreta y bolígrafo en mano) por delante de mis compañeras para observar con detenimiento las primeras reacciones. Tal y como esperábamos, los alumnos que esperaban a entrar en el aula de dibujo reían mientras leían la Lengua Trapera que les iban entregando mis compañeros, los acompañantes de las mujeres. Pasaban los alumnos de agraria y su reacción era la misma que los alumnos de secundaria. Los profesores que se encontraban cerca nos miraban y sonreían de un modo gratificante, sobre todo para las que iban metidas en el burka, ya que sabían que estaban haciendo un gran trabajo.
Llega el segundo obstáculo, porque el primero fue superar el miedo y la vergüenza. Bajar las escaleras. Gentilmente nos ofrecíamos como apoyo para que las risas no se convertieran ahora en carcajadas desmesuradas por la caída de una compañera. Era realmente... ¿extravagante? Alumnas tapadas de arriba a abajo con telas azules, alumnos a su lado cargando con sus mochilas, otros corrían de un lado para otro intentando sacar el mejor plano para sus fotos y, por qué no decirlo, los que estaban en un modo ausente y pasaban del tema. Supongo que los exámenes...
Las participantes se dirigen a sus respectivas clases, siendo la nuestra inglés. Inevvitable, Juan Ramón deja escapar una sonrisa a la situación, que no era para menos. Un buen momento para las primeras reflexiones sobre la actividad. EN INGLÉS. Juan Ramón afirma que es una buena idea y que ahora no iba a importar quién era guapa o no, todas iguales a nuestra cegada visión de la realidad. También aprovecha para hablar de los talibanes y ese tema, que lo tenemos más que mascado. Por último, pide opinión (en inglés) a las alumnas sobre lo que están haciendo. Buenas impresiones.
Toca la sirena y es momento de ponerse a trabajar de nuevo. Me sorprendió no escuchar este comentario antes, quizás no estaba muy atento, pero el momento llegó: "¿Esto qué es carnaval o qué?" Ante la duda, Lengua Trapera. Llegamos a la clase de Miguel y comentamos qué tal está yendo la experiencia hasta ahora. Hablamos de que este tema es más delicado en otras zonas y que en Francia, posiblemente no se podría haber llevado a cabo por la presencia de profesores y alumnos islamistas, quienes podrían interpretarlo como un insulto a su religión. Religiones... Bueno, en este momento del día llegó el punto divertido. Alumnas del otro curso llegan diciendo que como tienen hora libre, irán por las clases comentando la actividad. Pero una de ellas comenta indignada que le han tirado una bola de papel. Realmente espantoso.
Terminada la clase de la cuál ha partido la idea de la performance, nos dirigimos al pabellón, pero las alumnas se niegan a salir por la calle así. Miguel lo entiende y no les hace pasar un mal rato. Allí en el pabellón, los fotógrafos piden que posen las cuatro. Y finalizada la sesión fotográfica, a hacer gimnasia. En el recreo nos juntamos algunos alumnos en la sala de reuniones para hablar un rato. Fue un recreo muy didáctico.
"¡¿Niña tú de ande ha salío?!" - Reacción de un/a alumno/a anónimo/a que ha estado perdido las tres primeras horas.
Después del recreo, ya se notaba cierta normalidad en el ambiente. Los que se habían molestado en leer la Lengua Trapera ya sabían de qué iba el asunto y no se sorprendían al paso de la "procesión islámica". Cabe destacar que nosotros, los acompañantes, estábamos un poco más tensos porque las miradas iban para las del burka, sí, pero ellas iban tapadas de arriba a abajo y era una tarea casi imposible y una pérdida de tiempo intentar reconocerlas, así que nosotros éramos los que recibíamos las preguntas y comentarios indiscretos.
Nuestro profesor de matemáticas también se interesa por el tema y le dedicamos un trocito de la clase a comentarlo, afirmando este que nosotros tenemos un pasado muy moro. Si contamos, desde el 711 que cruzaron el Estrecho de Gibraltar hasta el 1492 que fueron expulsados de Granada, hay 781 años de influencia musulmana. Y desde el 1492 hasta nuestros días, 518. Claro está... la globalización complementa esos doscientos años de más que estuvieron aquí los musulmanes.
En fin, concluyendo mi crónica de este día, quiero dar la enhorabuena a Miguel por llevar esta idea a cabo a pesar de las trabas que se le han ido presentado y sobre todo, a mis compañeras por este esfuerzo que han hecho por mostrar al alumnado que hay culturas muy diferentes a la nuestra, no necesariamente peores pero sí con diferencias notables, y también felicito a las madres de mis compañeras porque, he de decirlo, algunos burkas estaban realmente conseguidos.
Dicho esto, creo que no me dejo nada atrás. Ha sido una gran experiencia y hemos aprendido muchas cosas de ella. Ahora toca hincar los codos para salir del entramado de exámenes que tenemos en nuestro calendario.
¡Hasta pronto!
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