miércoles, 4 de noviembre de 2009

6ª clase - Comentario "Un burka por amor"

Este comentario no va a estar muy relacionado con la 6ª clase ya que esta consistió en su primera media hora en hacer el control de la lectura Un burka por amor. Así que, empecemos con mi opinión personal sobre el libro.

Es un relato que muestra la crudeza de vivir en un país con otra cultura diferente y sobre todo, lo difíciles que son las gestiones burocráticas. No pongo en duda la realidad de los hechos que en el libro se narran, pero sí pongo en tela de juicio una cosa. Los prejuicios. La mayoría de los occidentales tenemos unos prejuicios hacia la población musulmana. Sólo con nombrarlos, se nos vienen a la cabeza términos tales como fanatismo religioso, machistas, "locos", y el más común, terrorismo. Cuando me terminé el libro, se me vinieron a la mente diversas situaciones. Yo he estado en un país musulmán, no con el régimen talibán que en Afganistán gobierna, pero es musulmán. Cuántas veces escuché eso de: ¿A Marruecos? ¡Qué miedo! ¿Miedo? Volví con el recuerdo de uno de los mejores viajes de mi vida hasta el momento.

Otra cosa que recordé fueron las personas que llegan de un viaje a Cataluña o Euskadi y vienen pregonando e indignados por la falta de educación que allí les tuvieron hablándole sólo en su idioma natal. Prejuicios. Mi experiencia me hace pensar a que estas personas fueron cargadas de pensamientos negativos hacia esta población, y así vinieron. Yo no fui con esos pensamientos. Y así volví, con muy buen sabor de boca junto con mi viaje a Marruecos.

La vida es dura en Afganistán, pero no porque sea un país musulmán, sino porque el régimen talibán -que es un régimen extremadamente machista y anti-occidental- así propone al país. Se cometen muchas atrocidades y barbaridades por parte de su "cuerpo nacional de seguridad", que más que seguridad, lo que infunde a la población es miedo. El problema está en que los que actúan de manera radical son la minoría. Mala suerte que esta minoría sea la que tenga el poder en estos países. Como decía en una parte del libro, los afganos son gente de bien, sobre todo los pobres. Basta con que les des una parcela a un pobre para que se apoderen de la finca. Y así es como va ese país, gobernado por la corrupción y manejado por el dinero. Estos dos factores conllevan a la guerra. ¿Quién sufre esta guerra? La población. Como en todos los lugares del mundo donde hay guerras. ¿Y quién provoca estas guerras a gran escala? Los países ricos, occidente.

Pienso que el problema de la protagonista de esta triste historia se agravó mucho más por la dificultad de la burocracia, donde en dicha dificultad tiene mucho que ver el gobierno español. Y no sólo el español, sino el de todos los países europeos que allí tienen su granito de arena.

Finalizando, este libro me ha enseñado que la vida no es tán fácil como se nos propone a los occidentales, pero también me ha enseñado a cuestionarme más las cosas que nos vienen de fuera. A saber qué diría un afgano cuando viniera a España y, por ejemplo, viera como la población adolescente se emborracha cada fin de semana, fuma cada vez a edades más tempranas, se abstiene de ir a clase cuando allí están deseando recibir un mínimo de educación...



En fin, terminada esta reflexión sobre el libro, comento el cuarto de hora de clase que nos sobró, ya que de las 9:30 a las 9:45 estuvimos corrigiendo los controles de nuestros compañeros.

Miguel nos comentó que teníamos que hacer un par de trabajos individuales para colgar en el blog del proyecto eTwinning. Fue un momento esperado, porque días antes había entrado en algunos de estos blogs y había visto que los compañeros portugueses estaban subiendo entradas que yo no comprendía. Estos dos trabajos son "La comida en el arte" y "La comida en la literatura". Las instrucciones las recibiríamos pronto en nuestros respectivos emails.

Terminado el comentario/reflexión, sólo cabe decir: ¡Hasta la próxima semana!

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